
Este módulo examina los desafíos y escenarios particulares que pueden alterar el curso habitual de la lactancia materna, brindando herramientas prácticas y basadas en evidencia para que el personal de salud acompañe a las madres en contextos que requieren adaptación o planificación especial.
Se destaca la importancia de la leche materna para bebés prematuros o de bajo peso, debido a su efecto protector, inmunológico y digestivo. Se presentan estrategias como la extracción precoz, el uso de métodos alternativos de alimentación y la estimulación del vínculo mediante el contacto piel con piel, elementos esenciales para garantizar la nutrición y el desarrollo de estos lactantes vulnerables.
En relación con enfermedades maternas o del bebé, se aborda la necesidad de evaluar cada caso de forma individual. Salvo en excepciones muy específicas, la mayoría de las condiciones clínicas no contraindican la lactancia. Se analizan situaciones como gripe, mastitis, VIH, hepatitis, diabetes, uso de medicamentos, ictericia neonatal, fenilcetonuria y galactosemia, brindando criterios técnicos para la toma de decisiones.
Finalmente, se ofrece orientación sobre cómo mantener la lactancia durante el retorno al trabajo o al estudio, un momento crítico en el que muchas madres abandonan la lactancia por falta de apoyo. Se incluyen recomendaciones sobre la extracción y almacenamiento de leche, comunicación con empleadores o cuidadores, y medidas para sostener la producción mediante la lactancia a libre demanda en los tiempos disponibles.
A lo largo del módulo se refuerza el rol activo de los profesionales en la prevención del abandono prematuro de la lactancia en contextos especiales, mediante la educación continua, la empatía y la promoción de entornos favorables a esta práctica.