¿Por qué llora tanto mi bebé? Descubre si se trata de cólico infantil

Ilustración vectorial de un adulto acunando con ternura a un bebé que llora en una habitación cálida y tranquila, transmitiendo empatía y calma durante un episodio de cólico infantil.

Si tu bebé llora sin parar y nada parece calmarlo, es normal que sientas angustia, frustración… y hasta ganas de decirle con ternura: “¡Habla, que mamá y papá te escuchan!”. Pero no estás solo. Esta escena, que parece sacada de una película dramática, es más común de lo que imaginas. Y en muchos casos, el protagonista invisible de este caos se llama cólico del lactante. Aquí te explicamos, con palabras simples y sin rodeos, cómo identificarlo y qué puedes hacer para afrontarlo con más calma (y menos culpa).

Entendiendo el cólico del lactante

El cólico infantil es un episodio de llanto intenso y prolongado que aparece en bebés sanos durante sus primeras semanas de vida. No es una enfermedad, pero sí una montaña rusa emocional para toda la familia.

Se habla de cólico cuando el llanto:
•   Dura más de tres horas al día,
   •   Aparece al menos tres días por semana,
   •   Se mantiene durante una o más semanas seguidas.

Generalmente, comienza entre la segunda y la octava semana de vida, y suele desaparecer hacia los tres o cuatro meses.

Durante estos episodios, es frecuente que el bebé enrojezca su carita, apriete los puñitos, encorve el cuerpo hacia adelante y mantenga el abdomen tenso. Señales que asustan, sí… pero que en la mayoría de los casos no indican una emergencia médica.

¿Cómo saber si realmente es cólico?

La clave está en observar el panorama completo. Si tu bebé se alimenta bien, sube de peso con normalidad y no presenta fiebre, vómitos, diarrea u otros síntomas de alerta, es probable que estés frente a ese club no exclusivo pero agotador llamado cólico infantil.

Eso sí, si el llanto es muy agudo, constante o notas que tu bebé está decaído, tiene fiebre o actúa diferente a lo habitual, es fundamental consultar al pediatra. Mejor descartar a tiempo que asumir a ciegas.

¿Por qué sucede? ¿Qué lo causa?

Aunque el cólico sigue siendo un misterio con varias teorías, los especialistas coinciden en algunos factores posibles. Una de las causas más comunes es la inmadurez del sistema digestivo. Como aún está en desarrollo, algunos alimentos que forman parte de la dieta de la madre pueden generar molestias en el bebé al pasar sus componentes a través de la leche. También se habla del papel de la microbiota intestinal, ese pequeño universo de bacterias buenas que todavía está en formación y puede influir en cómo se procesa cada alimento.

Otro factor importante es la sensibilidad alimentaria. Algunos bebés reaccionan a ciertos componentes que llegan a su cuerpo a través de la leche materna. Estos provienen de la alimentación de la madre, como la proteína de la leche de vaca, y aunque el bebé no los coma directamente, su cuerpito los detecta como si sí.

También influye el ambiente emocional. Y ojo, porque aquí entra el entorno de tu bebé, y este te incluye. Si hay estrés, preocupación, agotamiento o el ánimo está revuelto, el bebé lo nota. Son expertos en detectar corazones acelerados.

Por último, hay que considerar que el sistema nervioso del bebé aún está en construcción. Aprender a calmarse también es parte del crecimiento, y algunos tardan un poco más que otros en desarrollar esa habilidad.

Cómo aliviar el cólico (y mantener la calma en el proceso)

No hay hechizo que funcione con un solo chasquido de dedos, pero sí hay estrategias reales que alivian (y mucho). A veces, el simple hecho de cargar al bebé en brazos o usar un portabebés ajustado al cuerpo puede ofrecer consuelo. Mecerlo con suavidad, arrullarlo con sonidos tranquilos o incluso cantarle una melodía repetitiva también puede contribuir a calmarlo.

Los masajes suaves en el abdomen, los baños tibios y las rutinas tranquilas antes de dormir son aliados frecuentes. Crear una atmósfera relajada en casa —con luces tenues y pocos estímulos ruidosos— también puede hacer una gran diferencia.

Si el bebé se alimenta con leche materna, en algunos casos se sugiere a la madre ajustar temporalmente su dieta, reduciendo alimentos como leche de vaca, huevo o frutos secos. Pero esto debe hacerse siempre bajo supervisión médica. Si el bebé toma fórmula, el pediatra podría recomendar alguna alternativa más suave, pero es importante evitar los cambios por cuenta propia.

En cuanto a los suplementos, algunos probióticos como el Lactobacillus reuteri han demostrado ser útiles en ciertos casos, especialmente en bebés amamantados. Sin embargo, antes de administrar cualquier producto, es necesario consultar con el profesional de salud.

También importa cómo te sientes tú

El cólico no solo afecta al bebé. También puede ser una experiencia muy estresante para quienes lo cuidan. La frustración de no poder calmarlo, el cansancio acumulado y la sensación de no estar haciéndolo bien son emociones reales y válidas. Por eso, es fundamental recordar que esto no es culpa de nadie y que, aunque parezca eterno, es solo una etapa.

Hablar con el pediatra, acudir a un grupo de apoyo o simplemente pedirle ayuda a alguien de confianza puede marcar una gran diferencia. Dormir una siesta, comer bien y darse permiso para descansar no es egoísmo, es cuidado. Y tú también lo necesitas.

Este tiempo pasará, y lo estás haciendo bien

El cólico infantil es una de esas pruebas que la maternidad y la paternidad nos ponen en el camino sin manual de instrucciones. Pero no dura para siempre. Con amor, paciencia y algunas estrategias adecuadas, esta etapa también se supera.

Si sientes que estás viviendo esto, si ya lo viviste o si tienes alguna duda, cuéntanos en los comentarios. Compartir tu experiencia puede ayudar a otras familias que están pasando por lo mismo. Porque en esto de criar, acompañarnos también hace la diferencia.
En ViviR por la infancia, creemos que cada gesto de apoyo puede transformar esta etapa en una oportunidad para crecer.

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